Los resultados del equipo de Rademaker son un desafío para la comunidad científica, pues los glaciares en esta región nunca alcanzaron la Cuenca de Pucuncho y, por tanto, nunca retrocedieron para crear una apertura que permitiera a los humanos emigrar por ahí, lo que sugiere que el cambio climático no fue necesario para una colonización exitosa.
En la altiplanicie el tejido surge paralelamente con la domesticación de la llama que suministra cantidades de fibra de la lana dando origen al tejido probablemente en la cueva de Telarmachay, sus auténticos herederos los famosos tejedores de San Pedro de Cajas; aquellos hombres cavernarios tejían mediante una técnica primitiva y sencilla del entramado de las fibras de la lana entrecruzándolas, mediante un modestísimo instrumento de agujas de huesos de los propios camélidos sucumbidos por la acción de los cazadores.
En este periodo se nota una elevada influencia de la mitología tiahuanacota deducida de las vasijas halladas en Qonchopata (Ayacucho), en donde se representa repetitivamente el tema plasmado en la Portada del Sol de Tiwanaku.one
La construcción presenta una compleja red de caminos y galerías interiores de piedra únicamente iluminados por haces de luz que penetran a través de ductos estratégicamente dispuestos.
El monolito de Chavín es básicamente un ser híbrido: mitad hombre con boca atigrada y mitad ave de rapiña, al cual ha denominado piscoruna-pumapasim (quechua: hombre-ave con boca atigrada).
Destacan en la construcción de antaras de cerámica que superan a todos los instrumentos musicales de América precolombina.
Los templos locales fueron abandonados y se impuso Chavín de Huántar como centro de culto de prestigio suprarregional. Indudablemente el periodo de enfriamiento influye en el fortalecimiento del poder teocrático.
En el primero, las figuras realizan un ritual, muy identical al encontrado en una pared de la cultura Moche. Y en el segundo se ve a hombres famélicos, casi muriendo.
Sus gorros se parecen a los usados para representar a los guerreros en la iconografía egipcia y sumeria, y sus rasgos físicos no corresponden al biotipo andino sino más bien al de pueblos de origen indo-europeo como los hititas o los Casitas.
La primera de ellas está conformada por tres estatuillas antropomorfas de alto estatus, de no más de 21 centímetros. Estas fueron encontradas en el edificio de Las Hornacinas, uno
Otra muestra, son las cabezas-clavas que representan a hombres y felinos y que nos recuerdan a los de la cultura Chavín, aunque con el sello propio de los recuay.
La aparición y desarrollo del Ayllu compuesta de la asociación de clanes que conformarán comunidades campesinas y pastoriles.
La «Tradición Mito» está representada por dos elementos, uno tangible: el templo, y otro intangible: el ceremonial del fuego sagrado.
Parece ser que las culturas serranas se adaptaron mejor a la nueva situación porque las de la costa click here iniciaron cierta decadencia.